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agresividad del niño:9 consejos prácticos

agresividad del niño : Comportamiento agresivo implica cualquier comportamiento que se realiza deliberadamente y pone en peligro, o causa daño emocional y físico a uno mismo o a otra persona. La agresión no es inusual para los niños menores de 4 años, pero los niños superan este comportamiento cuando llegan al jardín de infantes. Sin embargo, para muchos niños, el comportamiento agresivo tiende a persistir, no es apropiado para el desarrollo y perturba la vida personal, familiar y social. También es una de las referencias más comunes en las clínicas de niños y adolescentes.

niño agresivo

Los niños muestran agresión de muchas maneras: golpean, muerden, hacen berrinches, arrebatos que podrían dañar la propiedad o tratan de manipular a otros a través de amenazas. Varios factores podrían desencadenar a los niños. Estos incluyen, entre otros, frustración, dificultad para manejar problemas sociales o controlar impulsos. Muchas veces, una batalla interna con los factores estresantes, la incapacidad para regular las emociones o la dificultad para verbalizar los problemas pueden conducir a un comportamiento agresivo.

Sin embargo, los padres, los maestros y la familia pueden influir en cómo responde. Alterar las condiciones en el entorno de un niño puede modificar su comportamiento ya que las presiones, la violencia, las oportunidades y los resultados moldean la tendencia a actuar agresivamente o no.

Como padre, ¿se pregunta cómo lidiar con el comportamiento agresivo?

¿Cómo lidiar con la agresividad de un niño?

1. Ten control de ti mismo y mantén la calma:

Responder al arrebato emocional de un niño con su propio arrebato emocional o un castigo físico como una nalgada seguramente creará un círculo vicioso. Modelar la regulación emocional adecuada y el comportamiento prosocial, así como reforzar a los niños para que los usen para lograr objetivos en lugar de agresión y destructividad, es un camino a seguir. Busque ayuda de un profesional, si es necesario.

2. Evite ceder a los arrebatos agresivos o a las rabietas:

Comprarle a su hijo un auto de juguete en el centro comercial porque se acuesta en el piso, grita y golpea, puede reforzar su comportamiento inapropiado y ser gratificante por derecho propio.

3. Reconocer y premiar lo bueno:

En lugar de recompensar solo lo extraordinario, un simple “Me gustó cómo te comportaste cuando los invitados llegaron” puede ayudar a aumentar el comportamiento deseable al elogiarlo, lo que hace que sea más probable que se repita.

4. Enseña a los niños a identificar, nombrar y regular las emociones:

Validar las emociones y sentimientos de un niño diciendo “Veo que te sientes un poco enojado porque no conseguiste el chocolate” puede ayudarlo a verbalizar sus sentimientos en lugar de expresarlos físicamente golpeando o mordiendo. Enséñeles estrategias como contar hacia atrás de 100 a 1 antes de responder, para que su ira esté bajo control. Redirija la agresión enseñándole al niño a golpear una almohada en lugar de golpear la pared.

5. Encuentre el reforzador adecuado:

La recompensa que se da o el estímulo desagradable que se quita debe ser altamente valorado y entregado inmediatamente después de las respuestas. Todas las violaciones de las reglas deben conducir a la retirada inmediata de los estímulos deseados. El seguimiento de las reglas debe ser recompensado inmediata e intensamente de vez en cuando.

6. Sea consistente:

Asegúrese de tener una respuesta predecible al comportamiento agresivo de un niño. Las reglas deben ser las mismas en todos los contextos y tiempos, para evitar un doble vínculo y confundir al niño sobre cómo comportarse.

7. Rompa los patrones de interacción coercitiva con los niños:

La discordia marital, los factores estresantes socioeconómicos y las enfermedades mentales en los padres pueden conducir a un estilo de crianza coercitivo en el que los padres tienen pocas interacciones positivas con los niños y los castigan con frecuencia, de manera inconsistente e ineficaz. También refuerzan negativamente el comportamiento agresivo respondiendo primero con castigos o confrontaciones y retirándolos cuando aumenta la agresividad del niño.

De este modo, el niño aprende que la escalada lleva al alejamiento de los padres y desarrolla un estilo relacional agresivo.

8. Elimina el sesgo de atribución hostil:

Es importante ver a tu hijo como un niño bueno con malos hábitos que son desencadenados por ciertos estímulos y reforzados por ciertas consecuencias. Debe hacer esto en lugar de atribuir el comportamiento agresivo a factores negativos internos, globales y estables que pueden provocar aún más el comportamiento negativo del niño.

9. Seguimiento:

Use un gráfico para monitorear los antecedentes y las consecuencias de comportamientos positivos y negativos específicos. Refleja cómo el comportamiento del niño está controlado en parte por los antecedentes y las consecuencias. También podría arrojar luz sobre la forma en que se puede reducir el comportamiento agresivo alterando los antecedentes o las consecuencias.

Las soluciones para reducir el comportamiento agresivo modificando las consecuencias incluyen ignorar las muestras menores de dicho comportamiento y usar el tiempo fuera o la privación de privilegios como respuesta a la agresión.

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